Pepe y diez más

En día de clásico, bienvenido sea todo Mirandés que dé que hablar y sofoque los fuegos encendidos.

Escribo estas líneas en representación de los que, a juzgar por sus opiniones vertidas estos últimos días, no las tienen todas consigo.

Con Pinto en la portería (hándicap importante a tener en cuenta por los seguidores del Real Madrid) y con Cristiano y compañía al otro lado, no resulta descabellado pensar que el Barcelona pueda encajar dos goles.

Si ya de por si suele suceder, que en cuanto el Barça se pone nervioso, deja de ser el Barça, en medio de este ambiente enrarecido donde la mayoría de opiniones (a mi juicio, esta clase de desprecios al rival siempre sobran, véase Mirandés) dan ya como semifinalistas a los blaugranas, puede salir más relajado/despistado que de costumbre.

A los culés no nos gusta esto, y sin entrar en antiguos pesimismos, hay más de uno que está bastante preocupado por el partido de hoy. Yo el primero.

Gracias a Dios, nuestro entrenador es Pep Guardiola. Si intenta evitar relajaciones contra el Hospitalet, que hará contra todo un Real Madrid. Es lo que me tranquiliza y me proporciona equilibrio al mal cuerpo que me da esta venta que se hace desde su propio foro interno de un Real Madrid derrotado.

Con Pepe detrás de la oreja

En mi opinión, el tema Pepe, se debió haber acabado en cuánto el árbitro pito el final del partido. Sobre todo si el Comite de Competición no decide entrar de oficio. Me parece absurdo este debate generado sacando de madre un lance, que si bien debió de ser castigado, no es mucho peor ni tiene más mala fe que otros anteriores. Sin entrar en pisotones de Marcelo o Arbeloa, para que no se me tache de partidista, parece que nadie se acuerda del atropello que sufrió Simao por Roberto Ayala hace unos años, en una jugada en la que ni siquiera se pitó penalti. (Pero en aquella ocasión, como no había socios del Valencia en el Comité de Competición, sí entró de oficio, sancionandolo con tres partidos)

Se equivoca Carles Rexach, y se equivoca Manolo Oliveros dándole la razón.

Hoy se llevará a cabo un examen pendiente para el socio barcelonista. Un examen a su propia inteligencia, y que no siempre ha aprobado.

Comparar la situación de Pepe con la de Figo es un poco indecente.

La traición que llevó a cabo Figo, proclamando a los 4 vientos desde una playa de Cerdenya "Me quedo en el Barça, gane o pierda Florentino" (cuando sabía que el precontrato existía y que tendría que cumplirlo) mientras se enfundaba la camiseta del centenario no puede equipararse a lo que no deja de ser otra guarrada más sobre el campo. Fernando Couto vistió los colores de este club y no era el candidato a ganar el trofeo de 'Fair Play' precisamente.

Sintiendo vergüenza por lo que vivimos el día que Figo regresó al Camp Nou, espero que la historia no se vuelva a repetir más, y menos por estos motivos.

Pep, que cada vez nos señala más el camino, más con sus palabras que con cualquier dedo, ha hecho especial énfasis en este apartado, sabedor de que cuantas menos distracciones haya hoy, mejor.

Mourinho jugará sus bazas, y entre ellas, puede encontrarse Pepe. Una reacción fuera de lugar del público del Camp Nou sería una pequeña victoria para Mou. No sería de extrañar que hoy Pepe sacara un córner.

Mientras escribía estas líneas, he leído esto. Me provoca tanta vergüenza que no pienso comentarlo. ¿De verdad que no hay cosas más importantes que hacer? Este NO es el camino.

Suerte a todos y que hoy gane el mejor, y de paso, que también gane el tan preciado 'seny'.







La desgracia de jugar en Cornellà


Todos los años pasa lo mismo. A la hora de ir a jugar al estadio perico una nube gris se cierne sobre el ánimo de la afición blaugrana, ya entregada de por sí al pesimismo. Lo vemos venir, se nota en el ambiente. Pesa en el recuerdo el 0-0 que consiguieron en 2010 basándose en una intensidad y agresividad que zigzagueaba con el reglamento. Nada que ver con lo que hubo ayer.

Nos empataron bien, con un segundo tiempo notabilísimo. Y si Thievy hubiera finalizado como el añorado Thierry alguna de las que tuvo en la primera parte, posiblemente estaríamos hablando de otro resultado. Y no necesariamente a favor del Espanyol. Me explico.

Si vemos los partidos en los que el Barça se ha dejado puntos esta temporada, salvando Mestalla, el Barça ha sido víctima de su conformismo. En Anoeta, tras el 0-1, la intensidad del juego bajó notablemente. En el Coliseum de Getafe, no llegó a estar en ventaja en el marcador, pero si jugaron con esa pasividad del que se sabe vencedor. Ayer, tras el gol de Cesc, la búsqueda del gol se fue de vacaciones. Y cuando el Barça no busca el gol, es cuando es más débil. Ya lo decía ayer @dcana en algún tweet

A Guardiola, curiosamente, no le está dando resultado el resultadismo.

Lo de Iniesta es para darle de comer aparte.