Racing de Santander 0 - F. C. Barcelona 2
Con un Alves cómodo ejerciendo el papel de perro de presa y un Mascherano que se multiplicaba, parecía difícil que el Racing pudiera crear peligro.
Así que la preocupación de Pep pasaba por intentar abrir la lata. Sus intenciones, muy claras:
Que Pedro y Cuenca abrieran el campo, ejerciendo de nodos para que la ADSL del Barça pudiera generar todo su tráfico por el centro, gigas y gigas de pases que acabaron conectando con la red. Cesc jugó donde se siente más peligroso, acompañando a Messi por detrás y rompiendo cuando nadie se lo espera, como pasó en el primer gol.
¿El resto del partido? Con el control del balón y a masticar el segundo, con la tranquilidad del que se nota superior sobre el terreno de juego.
Llegó de la manera que menos merecía el juego vistoso del Barça. Penaltito sobre Cesc que transformó Messi para que no hubiera los sustos habituales.
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